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lunes, 1 de abril de 2013

Felicidad de saldo

Felicidad de saldo
 
Yo, Jesús Gea Jódar,
en casi plenas facultades mentales,
quiero poner una reclamación
alegando omisión
en cuestiones elementales.
Compré el producto Felicidad,
con todos sus accesorios
y el compromiso obligatorio
de miles de años de fidelidad,
por lo tanto me veo con el derecho
de exigir que en las instrucciones
debieron explicar situaciones,
en las que según sospecho
se presenta defectuosa.
Traté de usar el producto
en el cotidiano reducto
donde la vida acuosa
y laboral se derrama a diario,
sin saber que poco a poco
mutaba el también en tampoco
a cambio de un pírrico salario,
mutaba la admiración
en un cariño tedioso
que dificultaba el poso
dejado tras cada decepción.
El producto que comento
no rindió como espero
con algún compañero,
lo cual tristemente lamento,
claramente en la publicidad
indicaba que mejoraba
 la relación que se basaba
en la amistad y la lealtad.
Para que entienda que mi enfado
no viene de un calentón,
bajo cierta condición
el resultado fue adecuado,
el uso dentro del hogar
donde cada día me desvisto
superó incluso el previsto,
fue digno de alabar,
mi mujer y mi hijo
contribuyeron bastante bien
y multiplicaron por cien
el éxito que usted me dijo,
esta es la única razón
por el que no les pido
el contra rembolso prometido
ante cualquier decepción.
Entienda que advierta
 a aquellos conocidos
que también convencidos
creyeron infalible y cierta
la ventaja de Felicidad
sobre la competencia:
recomiendo mucha paciencia
y cierta rigurosidad,
sólo tendrá buen resultado
si la usáis latido a latido,
en territorio conocido
con los que os quieren al lado.


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